Hoy voy a destacar otro monólogo, me atrevería a decir que es uno de los más bellos de la historia del cine. Fue el malogrado Robin Williams quien lo cuenta, en una de sus mejores interpretaciones, la cual de hecho le concedió el Oscar a mejor actor secundario. Supongo que el discurso ya lo conocerás puesto que es muy famoso, aunque de ser así no pasa nada, uno nunca se cansa de verlo. Los ejemplos que se usan para describir la belleza de la vida, tanto su dolor como sus alegrías, son sencillamente geniales. Habla del dolor con una sensibilidad y una madurez increíble, del vacío, de la impotencia, y a su vez, encuentra las palabras adecuadas para describir el amor en su totalidad. Es pura emoción, conforme el monólogo avanza el impacto va aumentando. Lo que empieza tímidamente acaba siendo magistral, con un brutal éxtasis a mitad del monólogo. Todo esto, para darle una gran lección al receptor del discurso, un jovencísimo Matt Damon que además fue coguionista junto a su amigo Ben Affleck, y que, fíjate tu, nunca se llevaron el Oscar por interpretar, pero sí por Guión Original en esta película.
En definitiva, grandes palabras de una gran película, otra que os recomiendo indudablemente. Nominada a 9 Premios Oscar, aunque sólo ganadora de los 2 que anteriormente conté. Adjunto las palabras y el vídeo, y te aconsejo encarecidamente que visualices la escena, pues además no te chafa nada de la película. Son simplemente 4 minutos (aunque parecen 2), así que no te supondrá mucho tiempo. Seguro estoy de que no hay mejor manera de recomendar esta película que con esta escena. Además, recalco la grandísima interpretación del grandísimo Robin Williams, merece la pena verlo otra vez en acción y así no olvidar el gran vacío nos que dejó. Acabo de una vez, y así os dejo con esta pequeña gran dosis de emoción.
“- ¿Y esto que es? ¿Un toque de intimidad entre hombres? Esto es
muy bonito, ¿es que le van los cisnes? ¿Son como un fetiche? Algo como, ¿quiere
que les dediquemos algunas sesiones?
- Estuve pensando en lo que me dijiste el otro día, sobre mi
pintura. Me pasé casi toda la noche pensando, y se me ocurrió una idea. Luego
caí en un sueño plácido y no he vuelto a pensar en ti. ¿Sabes que se me ocurrió?
- No.
- Que eres un crío, y que en realidad no tienes ni idea de lo que
hablas.
- Vaya, gracias.
- Es normal, nunca has salido de Boston.
- No.
- Si te pregunto algo sobre arte, me responderás con datos de
todos los libros que se han escrito. Miguel Ángel, lo sabes todo: vida y obra,
aspiraciones políticas, su amistad con el Papa, su orientación sexual... lo que
haga falta. Pero tú no puedes decirme cómo huele la Capilla Sixtina. Nunca has
estado allí y has contemplado ese hermoso techo. No lo has visto. Si te
pregunto por las mujeres, supongo que me darás una lista de tus favoritas.
Puede que hayas echado unos cuantos polvos, pero no puedes decirme qué se
siente cuando te despiertas junto a una mujer y te invade la felicidad. Eres
duro. Si te pregunto por la guerra, probablemente citarás algo de Shakespeare:
"De nuevo en la brecha amigos míos". Pero no has estado en ninguna.
Nunca has sostenido a tu mejor amigo entre tus brazos esperando tu ayuda
mientras exhala su último suspiro. Si te pregunto por el amor, me citarás un
soneto. Pero nunca has mirado a una mujer y te has sentido vulnerable. Ni te
has visto reflejado en sus ojos. No has pensado que Dios ha puesto un ángel en
la Tierra para ti, para que te rescate de los pozos del infierno, ni que se siente
al ser su ángel. Al darle tu amor, darlo para siempre. Y pasar por todo, por el
cáncer. No sabes lo que es dormir en un hospital durante dos meses, cogiendo su
mano, porque los médicos vieron en tus ojos que el término horario de visitas
no iba contigo. No sabes lo que significa perder a alguien. Porque sólo lo
sabrás cuando ames a alguien más que a ti mismo. Dudo que te hayas atrevido a
amar de ese modo. Te miro y no veo a un hombre inteligente y confiado. Veo a un
chaval creído y cagado de miedo. Eres un genio Will, eso nadie lo niega. Nadie
puede comprender lo que pasa en tu interior. En cambio, presumes de saberlo
todo de mí porque viste un cuadro que pinté y rajaste mi puta vida de arriba a
abajo. Eres huérfano, ¿verdad?. ¿Crees que sé lo dura y penosa que ha sido tu
vida, cómo te sientes, quién eres, porque he leído Oliver Twist?, ¿un libro
basta para definirte?. Personalmente, eso me importa una mierda porque, ¿sabes
qué?, no puedo aprender nada de ti, ni leer nada de ti en un maldito libro. Pero
si quieres hablar de ti, de quién eres, estaré fascinado. A eso me apunto. Pero
no quieres hacerlo, tienes miedo, te aterroriza decir lo que sientes. Tú mueves
chaval.”
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