Los que han visto RocknRolla seguramente se pongan de acuerdo a la hora de destacar un momento, y es precisamente aquel en el que hablan de que es un RocknRolla. Es un momentazo, sí, pero personalmente quiero destacar otra gran secuencia de la película, un monólogo que desde su primer visionado me cautivó por completo. Johnny Quid (Toby Kebbell), mientras toca una bellísima canción en el piano, empieza a hablar sobre un paquete de cigarros, usándolo como metáfora para hablar de la vida, de "todo lo que hay que saber de ella". Palabras y música van de la mano para hablarnos de nuestras pasiones y nuestra naturaleza de una forma muy sutil y hermosa. Un punto de inflexión en la cinta, cuyas virtudes son muy diferentes a las mostradas en esta pequeña escena.
RocknRolla supuso la vuelta de Guy Ritchie al buen cine tras su paso por los infiernos (gracias a la que fue su esposa, la cantante Madonna). El director británico, con un estilo muy personal al cual es difícil resistirse, es conocido por ser el responsable de "Snatch, cerdos y diamantes", o "Lock & Stock", aunque posteriormente aceptaría producciones más comerciales como "Sherlock Holmes" o la próxima "Rey Arturo: La leyenda de Excalibur". Si no has visto ninguna de las citadas, especialmente las dos primeras y la misma RocknRolla, estás de suerte, pues vas a disfrutar como un niño. Una perfecta combinación de comedia y acción con su sello particular, comparado en muchas ocasiones al de Matthew Vaughn o Quentin Tarantino.
En fin, te dejo con la secuencia en cuestión. El monólogo del que te hablo se va turnando con otras imágenes, que a mi parecer rompen un poco con la atmósfera de la reflexión, pero aún así ya te garantizo que no tiene desperdicio alguno. Te aconsejo que veas la secuencia, son 3 minutos de nada, y bueno, también te adjunto el monólogo por escrito, por si te apetece leerlo detenidamente.
"¿Ves ese paquete de fumar mata que hay sobre el piano? Todo
lo que hay que saber de la vida está entre esas cuatro paredes. Verás que a una
de tus personalidades le seducen los delirios de grandeza. Un paquete dorado de
cigarrillos largos con una insignia regia, una atractiva insinuación de Glamour
y riqueza, una sutil sugerencia de que los cigarrillos son tus reales y leales
amigos… Y eso Pete... es falso. Tu otra personalidad intenta que te centres en
la otra cara de la moneda. En aburrida negrita y sobre un fondo blanco, aparece
la afirmación de que esos firmes soldaditos de la muerte en realidad quieren
matarte. Y esa Pete... es la verdad. Ohh... la belleza seductora llama a la
muerte y yo soy adicto a su cautivador canto de sirena. Lo que al principio es
dulce, al final es amargo... y lo que es amargo, al final es dulce. Esa es la
razón de que tú y yo adoremos las drogas. Ahora, por favor… dame fuego."
Muy cierto.
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